"Que hermosa estás. Espero que sigas disfrutando tu juventud, tu adolescencia sanamente, con buenas amistades; que la gente que te rodea te haga crecer, te haga escalar peldaños importantes en tu vida para así ser mejor cada día."
Este fue el consejo que le di hace poco a una prima a la cual vi en una foto que publicó en su perfil de una red social. Al verla, recordé cuando la tuve en mis brazos, cuando ella era tan solo una bebé de meses, y medité en el tiempo, en cómo éste pasa tan rápido y a veces no sabemos cómo ni en qué se fue ese tiempo.
Ella está próxima a cumplir sus primeros dieciséis añitos, y es una niña adolescente llena de ilusiones, de proyecciones, de metas, de sueños que quiere cumplir. Como cualquier otra joven adolescente quiere vivir al máximo, pero debe tener en cuenta el tiempo que vive, cómo y en qué lo invierte, y este momento debe ser muy bien guiado por sus padres, pues lo que hoy viva en su adolescencia y su juventud será muy decisivo en su mañana.
Muchos están viviendo su adolescencia y su juventud sin tener en cuenta este tiempo tan preciado de sus vidas, están viviendo al máximo, y no tienen sueños concretos, no tienen metas o propósitos definidos. Los jóvenes en sí no tienen definido lo que quieren, pero una buena orientación de casa solidifica las metas que el joven quiera emprender. La casa es el trampolín que lleva al ser humano, que lo impulsa desde tempranas edades y lo lleva a ir escalando peldaños.
He visto muchos adultos que vivieron en desorden su adolescencia y juventud, y hoy solo tienen fracaso y ruina. Biológicamente tienen una edad, pero Psicológicamente viven en otra, porque se quedaron en su mente siendo adolescentes y jóvenes, y nunca estudiaron una carrera, nunca se proyectaron para tener un mejor porvenir, un mejor futuro.
Hay una ley que no puede ser cambiada, que no puede ser frustrada por nadie, y esta es la ley de la siembra y la cosecha; no se recogen mangos de un árbol de aguacate, ni marañones de una plantación de algodón. Todo lo que el hombre sembrare, eso también recogerá Gálatas 6:7. Es por esto que es importante que en tu adolescencia y juventud siembres bien.
Aprovecha totalmente las oportunidades que te dan tus padres para superarte profesionalmente, y no pases la vida creyendo de que nada de lo que te dan en la escuela o en la universidad te sirve. Aprovecha al máximo todas las oportunidades que te brinda la vida a través de tus padres y aún de otras, personas para superarte y alcanzar unas metas y propósitos que te llevarán a la cima de éxito.
Los seres humanos no debemos dejar de soñar y cumplir esas metas o propósitos que nos hemos fijado, pero no te pases tu adolescencia y juventud sumergido en las tonterías del momento, porque eso pasa, y cuando el tiempo pasa y te das cuenta de que no has hecho lo que verdaderamente era importante, te lamentas.
Sería hermoso que miraras atrás y te rieras de la vida, porque viviste de manera muy hermosa tu adolescencia y juventud, porque la disfrutaste al máximo pero con sobriedad y sanamente en todos sus aspectos, pero a la vez ese viento de felicidad que corra por tu ser será también porque hiciste buenas cosas en esa edad importante de tu vida, porque construiste para un mejor futuro, porque escuchaste los buenos consejos de papá y mamá y de tus mayores, y te rodeaste de personas que verdaderamente te hacían crecer, amistades que valían la pena.
Construye bien, para que él día de mañana no te lamentes, siembra bien en esta importante edad de tu vida. Recuerda que lo que se siembra se debe recoger, y se recoge más de lo que se sembró y hasta que se acabe la cosecha, por eso siembra bien, para que en tu vida adulta tengas una cosecha cargada de éxitos, de esos buenos frutos de los que podrás disfrutar sin lamentos innecesarios.
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